La felicidad

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En los antiguos cuentos de hadas no se halla la fórmula para ser feliz. Tampoco en los modernos relatos de ciencia ficción.

Y la razón es que esa fórmula no se puede condensar en pocas palabras como una receta mágica.

Pero si sabemos que los sabios y los maestros espirituales identifican la felicidad con la paz interior.

Y también sabemos que, según ellos, la paz interior se obtiene cuando se actúa de acuerdo a una conciencia recta.

En otras palabras, cuando somos fieles a unos valores éticos y espirituales según lo quiere Dios, no importa como lo llamemos.

Cada uno de nosotros elige el camino de la luz o de la sombra, de la vida o de la muerte. Cada quien elige amar u odiar.

No es fácil andar por el camino recto si vivimos alejados de Dios, pero con él al lado podemos alcanzar la anhelada paz interior.

Elijamos, pues, cuidar nuestra alma, actuar con buena conciencia y ser felices dando felicidad. ¿Cuándo? Ya. ¡En vida, hermano, en vida!