El te amargo

Autor: Padre Justo López Melús

 

 

El mejor condimento es el cariño. El peor veneno es el rencor. Y ambos se deslizan en los manjares de la vida, en el trato, en el trabajo, en la conversación y convivencia, y les dan sabor o se los quitan. El tono de la voz, el calor del gesto, el brillo de la mirada... enriquecen y dan vida a las relaciones humanas. El mejor cocinero es el amor.

El maestro llamó al discípulo y le dijo: «Hace unos días el té que me preparas no me sabe bien. ¿Has cambiado algo en su preparación?». «No, maestro. Son las mismas hojas, el mismo procedimiento, la misma tetera. Espero te guste como siempre». Poco después el maestro insistió: «El té que preparas sigue sin gustarme. Ya sé que no has cambiado los ingredientes. Eres tú el que has cambiado. Antes estabas a gusto conmigo, me hacías el té a gusto, y por eso me sabía bien. Pero ahora has cambiado, trabajas a regañadientes y me haces el té a disgusto. Por eso me sabe mal. Si no estás a gusto, puedes marcharte. Así sufrimos tú y yo».