Confiésese primero

Autor: Padre Justo López Melús

 

 

"Bienvenidos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios", ha dicho Jesús. La limpieza del corazón facilita el camino de la fe. El santo cura de Ars, Juan Bautista María Vianney, había hablado en el sermón, con mucho calor, sobre el sacramento de la Penitencia. Después, según su costumbre, pasó a la sacristía para que los hombres pudieran acercarse a confesar. Allí les resultaba más fácil.

Uno se le presentó con deseos de aclarar sus dudas sobre la religión. "Confiésese primero", le dijo el santo. "¿Pero cómo voy a confesarme sin aclarar antes mis dudas?". Pero el sacerdote le insistía: "Confiésese primero". Ante la fuerte convicción de sus palabras, el hombre cedió y se confesó. Al terminar, le dijo el santo cura: "Explíqueme ahora sus dudas". Y el penitente le contestó: "Ya no es necesario. Ahora lo veo todo claro".