Fuertes deseos
Autor: Padre Justo López Melús
Un discípulo fue a ver a su maestro y le dijo: «Maestro, quiero encontrar a Dios». El maestro le sonrió y le dijo que le acompañara a darse un baño en el río. Ambos se zambulleron a placer. Después el maestro lo agarró y lo tuvo sujeto con fuerza debajo del agua. El joven se debatía furioso, hasta que el maestro le dejó salir a la superficie. Después le preguntó qué es lo que más deseó bajo el agua. Y le contestó: «El aire».
Entonces le preguntó el maestro: «¿deseas a Dios de la misma manera? Si lo deseas así, lo encontrarás. Pero si no tienes una sed ardiente, de nada te servirán tus libros y mis enseñanzas. No encontrarás a Dios si no lo deseas como el aire para respirar».
«Conozco tus obras y que no eres ni frío ni caliente. Ojalá fueras frío o caliente, mas porque eres tibio y no eres caliente ni frío, estoy para vomitarte de mi boca» (Ap 3, 15-16). «El día que ustedes no ardan de amor, otros muchos morirán de frío».