El magis ignaciano

Autor: Padre Justo López Melús

 

 

Una característica de san Ignacio es el magis, el más. San Ignacio siempre buscaba el más. No lo bueno, sino lo mejor. No la gloria de Dios, sino la mayor gloria de Dios. No servir a nuestro Señor, sino el señalarse en el servicio a nuestro Señor. Siempre el magis, siempre el más.

Y Segundo Llorente nació para lo más. Veía que en su pueblo la persona más importante era el párroco y dijo: ¡Yo, al seminario! Fue a darles ejercicios un padre jesuita, y dijo: ¡Yo, jesuita! Pasó un misionero de China y pensó: ¡Yo, a China! Pío XI habló de la difícil misión de Alaska, y ya no se le quitó de la cabeza: ¡Alaska, Alaska, Alaska! Escribe al padre provincial, y varias veces al padre general. Le dan largas. Él insiste y lo consigue. Se despide de sus padres para siempre. No los volverá a ver. Desde Akulurak, «el país de los eternos hielos», escribió crónicas maravillosas que influyeron poderosamente en sus lectores. Su padre, al morir, repetía: ¡Akulurak, Akulurak!