La niña del plátano

Autor:  Padre Justo López Melús

 


Una niña, Aimée, pasaba todos los días con sus hermanas, camino de la escuela, junto al penal de Cayenne, en la Guayana Francesa. Pasaba junto a un campo de trabajos forzados. A todos los presidiarios se les veía tristes, pero Aimée se fijó en uno de ellos que le parecía más triste todavía. Y una tarde se acercó a él y le entregó un plátano que le había sobrado de la merienda. La escena se repitió todos los días. Y así durante semanas y meses. El hombre ya no estaba triste.

Pero un día la familia de Aimée fue trasladada a Burdeos. Al despedirse, el presidiario le entregó un papelito:
— Mira, soy de Burdeos, lleva estas líneas a mi familia.
Pasó el tiempo, y a los 20 años Aimée quiso hacerse religiosa. Un día descubrió en un bar a un amigo. Se abrazaron.
— Sabía que te encontraría —le decía su amigo—. Quiero regalarte el vestido de bodas.
Cuando Aimée le dijo que quería hacerse religiosa, él se empeñó en regalarle el vestido blanco para la profesión. Y allí estuvo él, cerca de ella, como en Cayenne.