Todos somos peregrinos

Autor:  Padre Justo López Melús

 


Un monje peregrino de impresionante aspecto llegó a las puertas de palacio. Iba tan decidido y con tanta dignidad que no le detuvieron los guardias y llegó hasta el trono del rey.

— ¿Qué deseas? —le preguntó el rey.
— Un lugar para dormir en este refugio de caravanas.
— Pero esto no es un refugio de caravanas, es mi palacio, con todas las comodidades que se puede desear.
Entonces el peregrino le interrogó: — ¿Quién lo ocupó antes de ti?
— Mi padre, que en paz descanse.
Y siguió preguntando: — ¿Y antes que tu padre?
— Mi abuelo, que también murió.
— Y un lugar donde la gente se hospeda por un tiempo y luego se va, ¿no es un lugar de caravanas?
— ¡Sí, todos estamos en la sala de espera!

El rey comprendió la enseñanza, y no sólo le hospedó en su palacio, sino que se hizo su discípulo. Y lo retuvo todo el tiempo que pudo para aprender de sus sabias enseñanzas.