Carta al amor

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Tú tienes el poder más hermoso que existe, aquél, que se interna en los
seres y les enciende el corazón; aquél, que despierta en los sentidos y
amanece en la piel; aquél que no le interesan las distancias al recorrer ni
las alturas que tenga al subir. 

Llegas a todas partes de norte a sur de este a oeste del mundo y formas el eclipse singular y único. Cuando te haces presente, estalla el corazón, los sueños se hacen canción y el alma comienza a andar. Es viajar por la vida en primera clase. Nada más hace falta si estás tú. 

Eres la esencia de vida, llegas a todos y sentirte es parte nuestra...Quien no haya percibido tu palpitar, no ha llegado al descubrimiento interior de su espíritu, no conoce qué es florecer por dentro y sentir la fragancia de la plenitud, no conoce la radiación que emanas y como todo se transforma contigo. 

No existe ni la negatividad ni la impulsividad, todo es serenidad y felicidad, porque tú eres auténtico y sublime; tus vibraciones no se mezclan con la! pasión desenfrenada que conduce a la locura y a los celos injustificados. Tú, eres inalterable, somos nosotros que debemos aprender a quererte, a valorarte y sentir los susurros de tu compás. Deberíamos comprenderte más, pero somos seres incomprensibles, la vorágine nos lleva a maltratarte y tú eres tan especial,
tan de esperar, tan de perdonar, tan de sufrir; y nosotros que nos consideramos razonables, no hemos hecho otra cosa que equivocarnos, caminando por laberintos sin tener tu fuerza para salir airosos. Y estás aquí, tan cercano a todos.

 ¿Por qué no podemos verte? ¿Estamos ciegos, que nuestra ceguera nos impide ver la luz de tu sinceridad? Quizás tú estás enojado y no quieres vernos; te hemos defraudado, te hemos herido y tu heridas sangran y tus aspiraciones se ha hecho trizas en éste devenir insensato.

 Se habla de ti, como de algo superfluo y sin embargo eres el timón que se necesita para no naufragar; la orientación que lleva a un credo; a que las aguas de nuestros instintos sean tranquilas, que fluyan lentas pero seguras, sin que nada las detenga y puedan vivir tu amor con esa chispa que sólo tú generas; eres la creación de todo, lo máximo; eres el que aloja en tus centros, la felicidad, el sueño, la alegría, la bondad, el perdón, el deseo de ser, las ansias de buscar, la ilusión que llega, la esperanza que se cumple. 

¡Qué gran amor! ¡Qué inmenso amor! ¡Qué incendio no puedes apagar! ¡Qué tempestad no puedes calmar! ¡Qué enfermedad no puedes curar! ¡Qué barrera no puedes cruzar! ¡Qué sonido no hace melodía contigo!

Tus palabras siempre brotan del corazón, no tienen secretos, tampoco existen
fronteras para ti, eres libre, tu camino es de todos; tu destino es amar, tu preludio es la verdad, tu latir es el vuelo que luego de danzar su impulso
de amor, descansa y sonríe en la ventana florida de un corazón enamorado.

Por eso tú eres para mí, la música que no se silencia y el clavel que no se marchita...no me abandones nunca.

DIOS ES AMOR............